Me he venido un poquito arriba con la entrada de felicitación que puse esta mañana. Esto es algo que llevo rumiando en mi mente durante todo el día y, ya que no tengo a quién contárselo y me gustaría tenerlo cerca para poder leerlo cuando caiga, y sé que caeré, pues lo escribiré por aquí.
Mis propósitos para el próximo año no son empezar el gimnasio (un poco tarde ya para eso, más bien debería tener que plantearme dejarlo), o, no sé, como otros años, encontrar trabajo ya que, gracias a Dios, y por segundo año consecutivo, tengo trabajo y estoy muy feliz con él. Así que, mi propósito para este año es... relajarme un poco, y tratar de ser un poco más feliz.
La llegada de los vecinos de abajo, gente que odio con todo mi corazón, ha hecho que mi vida se arruine de una forma escandalosa. Estoy cansado de los ruidos, sobre todo nocturnos, de esta gentuza. He llegado a un punto en el que no hago sino escuchar sus ruidos, estar atento a qué hacen, vigilar si sus ratas van al colegio, o sufrir esos momentos en los que nos martirizan con el maldito taladro o el maldito martillo. Y no soy capaz de aislarme de esa situación, no soy capaz de hacer un ejercicio de fuerza mental y tratar de no hacer caso y vivir mi vida, aislarme mentalmente de todo... no soy capaz porque, entre otras cosas, me reconcome la injusticia de tener que soportar que hagan lo que quieran y estén escupiendo a mi vida a diario.
He perdido hasta la fe.
He perdido las ganas de vivir.
No consigo estar de buen humor. Sólo estoy tranquilo cuando no estoy aquí, cuando no estoy en mi casa. Ya no soy capaz de disfrutar de pintar mis miniaturas. Ya no soy capaz de disfrutar de mi música. Ya no soy capaz de disfrutar de leer mis libros y mis cómics. Ya no soy capaz de disfrutar nada en absoluto de lo que siempre me ha gustado. Estar en mi casa es una tortura y no quiero estar aquí.
Siempre estoy enfadado. Siempre estoy abrumado con todo. Siempre estoy esperando cualquier cosa para saltar y enfadarme. Han cambiado mi vida y todo para mal.
En el trabajo, tengo problemas con una chica de otro departamento. Una chica que era con la mejor que me llevaba, pero se ha dedicado a criticarme e insultarme por detrás por una norma que ha impuesto mi jefa y que le repercute directamente. No ha hablado conmigo, no ha hablado con nadie, sólo me han cogido de cabeza de turco y ella se ha preocupado en ponerme por los suelos. Y también se ha manchado así, un poco, la tranquilidad que tenía en mi trabajo.
En cuanto a mi vida personal... no existe. No hay ninguna mujer que pueda entrar en ella, no sé cómo conocer chicas, sé que no le gustaré a nadie y... he perdido la esperanza. Si bien, sí es cierto que salgo más con mis amigos, disfruto algo más los fines de semana que salgo un poco, pero aún así, me siento muy vacío, muy... amargado.
Amargado.
Esa es la palabra. Soy un amargado. Un frustrado por la maldita vida, a la que siempre le echo la culpa de todo lo que me pasa y resulta desalentador que, gran parte de mi frustración hoy en día es por culpa de los malditos vecinos. La mayor parte de mis problemas son los malditos vecinos.
Eso es, aproximadamente, un resumen de lo que está siendo mi vida. Siempre pienso que, si no fuera por esta gentuza, por esta escoria, estaría tranquilo... pero como dije, no soy capaz, siquiera, de disfrutar de mis hobys, de mi vida, de mis cosas. Es horrible.
Así que he decidido hacerme un propósito para este nuevo 2.024. Todo ha venido por una frase que he leído:
" Si no ves solución para resolver los problemas, cambia la forma de ver para que no te afecten"
Tengo que buscar la forma de que no me afecte tanto. Tengo que buscar la forma de no estar siempre enfadado. Tengo que volver a disfrutar de mis proyectos de pintura. Volver a leer como leía antes.
Disfrutar... quiero disfrutar de estar vivo. Quiero que mi vida sea disfrutable y arrebatarles el poder que me han robado la basura que vive debajo de mi casa. Quiero ser feliz. Quiero aprender a ser lo suficientemente fuerte como para que no me pueda afectar lo que hagan. Quiero recuperar mi vida, quiero recuperar todo lo que me han robado. Quiero recuperar mi sonrisa, mis ganas de vivir, de disfrutar de mi casa y dejar de odiar estar aquí como ahora hago.
Sé que son muchas cosas, me conozco y sé que, esta noche, cuando los ruidos sean infernales y vea pasar las horas en el reloj, teniendo que levantarme tan temprano, me pondré otra vez ansioso, con dolor de pecho y con ganas de matarlos pero, aún así, necesito conseguir la fuerza mental para aislarme de la gentuza y sus ruidos.
Es mi propósito para el próximo año: recuperar mi vida o, más bien, construir una nueva y mejor y darme cuenta de una vez que yo valgo la pena, que soy un tío que merece la pena, y que merezco vivir feliz.
Feliz 2.024